sábado, 30 de abril de 2011

Las cuatro de la madrugada

Hora de la noche al día.
Hora de un costado al otro.
Hora para treinteañeros.

Hora acicalada para el canto del gallo.
Hora en que la tierra niega nuestros nombres.
Hora en que el viento sopla desde los astros extintos.
Hora de y-si-tras-de-nosotros-no-quedara-nada.

Hora vacía.
Sorda, estéril.
Fondo de todas las horas.

Nadie se siente bien a las cuatro de la madrugada.
Si las hormigas se sienten bien a las cuatro de la mañana

habrá que felicitarlas. Y que lleguen las cinco,
si es que tenemos que seguir viviendo.

"Las cuatro de la madrugada", Wislawa Szymborska.

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