jueves, 17 de enero de 2013

Blanco



Yo, como el resto de los hombres, bebo para olvidar.
Al atardecer avanzo sin compañía
el hielo bajo mis pies
y  sobre mis espaldas.

Yo, hombre inuit, bebo como otros pueblos
porque quiero perderme
en la noche helada
que parece infierno.

Vinieron ellos, con su limosna.
El trineo dejó de deslizarse,
jubilamos los arpones.

Yo, nieto de héroes
bebo porque he olvidado
mi dioma y mi credo
el agua, el aire
y al resto de criaturas
que comparten mi tierra.

Bebo para tener una excusa
con la que resbalar
sobre un hielo
derretido, como yo,
que me haga caer
al agua oscura
donde descansan las ballenas.

Las bendeciré, y luego me hundiré
hasta el fondo,
con los abuelos de mi abuelo
con la dignidad ahogada de mi raza.


A.V

 

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