sábado, 30 de abril de 2011

Las cuatro de la madrugada

Hora de la noche al día.
Hora de un costado al otro.
Hora para treinteañeros.

Hora acicalada para el canto del gallo.
Hora en que la tierra niega nuestros nombres.
Hora en que el viento sopla desde los astros extintos.
Hora de y-si-tras-de-nosotros-no-quedara-nada.

Hora vacía.
Sorda, estéril.
Fondo de todas las horas.

Nadie se siente bien a las cuatro de la madrugada.
Si las hormigas se sienten bien a las cuatro de la mañana

habrá que felicitarlas. Y que lleguen las cinco,
si es que tenemos que seguir viviendo.

"Las cuatro de la madrugada", Wislawa Szymborska.

jueves, 28 de abril de 2011

SOLEDAD

   La soledad es igual que una lluvia.
Sube del mar, enfrente de las tardes;
de llanos, que están lejos y remotos
marcha hasta el cielo, que la tiene siempre.
Y desde el cielo cae a la ciudad.
   La lluvia cae en las horas intermedias,
cuando tuercen al día las callejas
y los cuerpos, que no han hallado nada,
se separan, desengañados, tristes,
y cuado las personas que se odian
deben dormir en una misma cama.
   La soledad va entonces con los ríos...

"Soledad", Rainer Maria Rilke (traducción: José María Valverde)

Párrafos escondidos

"...Aquella mujer lo había oprimido demasiado para que sus perspectivas iniciales fueran pesimistas. Y hay, además, algo así como un coraje desesperado en la lucidez y la repulsa a sentir cariño..."

"...Pero, al desandar lo andado, se topa con una lápida, "nunca te olvidarán", en una tumba abandonada. Menos mal que están los idealistas para arreglar las cosas..."


Albert Camus, "El revés y el derecho".