"Yo, por una vez, no sentí la tristeza que habitualmente se siente al salir de la casa de una viuda -, o, en ese mismo orden de cosas, al dejar solo a cualquiera en un lugar vacío-. La vieja dama estaba en buena forma, y en una posición holgada; encima, tenía la comodidad de sus convicciones..."
Joseph Brodsky, Marca de agua
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