"La diferencia entre Desesperanza
y Miedo _es como la que hay
entre el instante del Naufragio
y cuando ya el Naufragio ha sucedido_
"Él sondea tu alma
igual que un Músico las Teclas
antes de derramar la Melodía_
Te impacta poco a poco_
Prepara tu frágil naturaleza
para el Etéreo Soplo
con suaves Percusiones _oídas desde lejos_
después más cerca_luego tan despacio
que tu respiración aún puede recobrarse_
tu cerebro_enfriar su ebullición_
Arroja_un único_Relámpago_
imperial_
que desuella tu Alma desnuda_
Cuando el Viento atrapa Bosques en sus Garras_
El universo_se detiene"
"Como si el Mar se abriera
y nos mostrara un nuevo Mar_
y ése _otro más_ y los Tres juntos
no fueran sino hipótesis_
de Infinitud de Mares
que nunca vieron Costa_
el Borde de otros Mares por nacer__
La Eternidad _es Eso_"
"Morí por la Belleza _y me acababan de ajustar a la Tuba
cuando Alguien que murió por la Verdad
fue recluido en la habitación de al lado_
Preguntó suavemente "¿Por qué has muerto?"
"Por la belleza", dije_
"y yo _por la verdad_Ambas son Una_
Hermanos somos, pues", me contestó_
Y así, como Parientes que una Noche se
encuentran
hablamos entre dos Habitaciones_
hasta que el Musgo nos alcanzó los labios
y nos cubrió _los nombres_"
Emily Dickinson, Poemas a la muerte
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